“Pidan con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.”
– La duda y la fe no pueden ir juntas.
– O dudamos, o creemos.
– La duda nos roba nuestra confianza y trae inestabilidad e inseguridad a nuestras vidas.
– Cuando creemos, podemos pararnos firmes y caminar confiando en el Señor.
Oración: Señor, elijo creer, y elijo rechazar cualquier duda y su carga de miedo. Yo creeré, a pesar de lo mal que parezca la situación en que me encuentro. Confiaré y no temeré. Amén.