“Tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡Tú mantienes en alto mi cabeza!“
– Necesitamos empezar a ver las cosas como realmente son.
– La verdad es que el Señor te ama y te rodea con Su protección.
– Él te alza y levanta tu cabeza para que puedas ver y tengas visión.
– Acepta su caricia y su participación en tu vida.
Oración: Tú Señor, eres mi escudo. Eres mi gloria y quien levanta mi cabeza. Clamo a Ti con mi voz, y Tú me escuchas y me sostienes. Amén.