“Bendito sea el Señor, que ha oído mi voz suplicante.”
– Qué bueno es saber que el Señor nos escucha cuando clamamos a Él.
– Deja que haya una explosión de agradecimiento en tu corazón al recordar esto.
– Mientras oras y clamas a Dios, ten una seguridad confiada.
– Él nos escucha cuando llamamos, está dispuesto y puede ayudarnos.
Oración: Señor, me regocijo en tu bondad y bondad hacia mí. Creo que me escuchas cuando llamo, y has escuchado mis oraciones. ¡Me alegraré y espero su intervención en mi situación! Amén.