“Las palabras del Señor son puras, son como la plata refinada, siete veces purificada en el crisol.”
– Cuando Dios habla, tenemos la seguridad de que sus palabras son de verdad y con garantía.
– Sus palabras son puras, probadas a fuego, y son palabras de las que podemos depender por completo.
– Las palabras de los humanos son frágiles, vanas y proceden de corazones contaminados por el pecado.
– Sus palabras son como la plata refinada, hermosas, enriquecedoras y no contaminadas.
Oración: Señor, gracias porque las palabras que proceden de tu boca son puras y probadas, y por lo tanto absolutamente confiables, a pesar de las circunstancias. Amén.