“Desde mi angustia clamé al Señor, y él respondió dándome libertad.”
– Cuando llamamos desde la angustia, viene de nuestro corazón y toca el corazón de Dios.
– Él escucha nuestro clamor, escucha nuestro llamado y responde nuestras oraciones.
– Podemos gritar por nuestra angustia, pero cuando llega la respuesta, qué dulce es.
– El Señor se encargará de que tú pases de la angustia a un lugar de bendición.
Oración: Señor, entrego mi vida, mi situación y mi futuro en Tus capaces manos. Has escuchado mi clamor y abrirás un camino que me ayudará a superarlo. Amén.