“Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.”
– Lo que decimos con nuestra boca y lo que creemos en nuestro corazón es importante.
– Dios envió a Jesús como nuestro Salvador y Redentor.
– Él hace toda la diferencia entre la vida y la muerte.
– Declara con tu boca, cree en tu corazón, y serás salvo.
Oración: Señor, gracias porque no viniste a este mundo para condenarnos, sino que viniste a rescatarnos, liberarnos y salvarnos. Declaro que eres Señor, y creo en mi corazón que Dios te resucitó de entre los muertos, y sé que eres mi Salvador. Amén.