“No está aquí; ¡ha resucitado!”
– La muerte y la tumba no pudieron mantener cautivo a nuestro Salvador.
– Él rompió el poder de nuestro mayor miedo y nos dio vida.
– Ha resucitado de la muerte y es el Señor de todos.
– ¡Ahora levántate a la nueva vida que Él te da!
Oración: Señor, celebro el hecho maravilloso de que resucitaste de los muertos y estás vivo, y estás vivo en mí. Viviré y no moriré, y veré Tu fidelidad en mi vida. Amén.