“Por cuanto el Señor omnipotente me ayuda, no seré humillado. Por eso endurecí mi rostro como el pedernal, y sé que no seré avergonzado.”
– El Señor Soberano es tu ayudador y no te defraudará.
– Así que decídete a hacer lo que Él le diga que haga.
– Haz todo lo que Él coloque frente a ti: es la clave de la paz.
– Él te llevará a través de los valles y te sacará del barro lodoso de la vida.
Oración: Señor, tú eres mi ayudador. Mi ayuda viene del Señor, creador del cielo y de la tierra. Estoy decidido a seguirte y a hacer tu voluntad. Por favor, entra en mi situación, y que la esperanza de que me ayudes brille como una llama en mi corazón. Amén.