“Digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá… vendrá a salvarlos».”
– Incluso como hijos de Dios, podemos llegar a tener corazones temerosos y atribulados.
– Quiero animarte y asegurarte hoy que Dios está contigo.
– Él es quien intervendrá personalmente y te rescatará.
– Deja que esta seguridad divina aquiete tu corazón preocupado y dudoso.
Oración: Señor, te entrego mi corazón temeroso y ansioso. Elijo confiar en Ti más de lo que dudo y me preocupo. Elijo la fe sobre el miedo, y te doy gracias porque vendrás y me salvarás. Amén.