“Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!”
– Tú y yo, hemos sido diseñados por el Señor para vivir con alegría en nuestros corazones.
– No permitas que nada, incluido el enemigo, robe tu gozo.
– Aférrate a esa alegría, y permite que su gozo llene tu corazón y tu alma.
– Alégrate, y encuentra lo que tienes para agradecer, y agradécelo.
Oración: Señor, lléname con tu gozo. Elijo alegrarme y encontrar mi realización en Ti y solamente en Ti. Permite que tu gozo sea una realidad corriente en mi vida. Amén.