“Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno.”
– Al enemigo le gustaría vernos destruidos y derrotados.
– Pero el Señor nos ha dado las armas para mantenernos en pie y caminar victoriosos.
– Tenemos fe, y con ella, podemos apagar el fuego que el enemigo trata de encender.
– Párense firmes y agárrense fuerte de su fe y verán cómo se extingue el fuego del enemigo.
Oración: Señor, veo con los ojos de mi corazón, cómo los intentos del enemigo para destruirme son reducidos a cenizas. Tomo el escudo de la fe y veo cómo me haces caminar en los lugares altos que has preparado para mí. Amén.