“Tú, Señor, la has bendecido, y por eso quedará bendita para siempre.”
– El Señor no es como los humanos, amables un día y duros al siguiente.
– Él no nos da cosas buenas en un momento y luego nos las quita.
– Cuando nos bendice, tiene una dimensión eterna.
– No dudes de su bondad hacia ti, cree en su amor y en sus bendiciones.
Oración: Señor, gracias por las bendiciones que has traido a mis vida. Recibo esas bendiciones como “bendiciones eternas” sabiendo que no me serán quitadas. Amén.